Erase una vez una niña que nació en un pueblo muy bonito, en
una familia humilde con olor a fruta fresca y unas sonrisas encantadoras.
Cuando nació sus papis la recibieron llenos de ilusión, pues
era una niña preciosa, con una increíble sonrisa, a la que querían con todo su
corazón. La llamaron Adriana.
Con el paso del tiempo Adriana fue creciendo de manera muy
especial, no era como todos y todas los niños y las niñas de su edad, había
algo diferente que la hacía única.
Sus papis se dieron cuenta enseguida que no podía moverse como
los demás y tampoco podía hablar así que fueron a visitar a un hombre muy sabio
para que les dijera qué es lo que le ocurría a su querida hija Adriana.
El hombre sabio la observó y dijo: ¡Está encantada!
Seguro que ha sido algún duendecillo travieso. Tenemos que encontrar una solución como sea.
Seguro que ha sido algún duendecillo travieso. Tenemos que encontrar una solución como sea.
Tras pensar un rato, fue a buscar un cofre mágico y sacó de él
un mapa que le mostraría el camino que tenían que seguir los papás de Adriana para
quitarle el hechizo.
Los padres, al ver el mapa se pusieron un poco tristes, era un
camino muy difícil y con muchísimos obstáculos, necesitaban mucho dinero y
mucha ayuda para poder terminar el camino.
Pero entonces, en su tristeza miraron a Adriana y ella hizo
justo lo que necesitaban en ese momento.
Algo mágico pasó, quizá una de las cosas más mágicas que hay
en este mundo.
Adriana sonrió.
Sí, eso era justo lo que necesitaban, una sonrisa de Adriana.
¿Sabéis que? Una sonrisa puede mover montañas, la paz comienza
con una sonrisa, la sonrisa es una expresión de la mejor de todas las emociones
que guardamos en nuestra alma...
¿Os habéis preguntado alguna vez qué sería de
nosotros sin las sonrisas y la alegría que nos produce recibirlas?
Pues Adriana le había regalado a sus padres el mejor de los
tesoros que tenía, a pesar de su hechizo,
nadie le había conseguido robar ese: su sonrisa.
Así que con ese preciado tesoro decidieron emprender el camino
que le indicaba el mapa que le había entregado aquel hombre sabio.
Empezaron el camino superando un obstáculo tras otro y en
mitad del camino pasó algo increíble.
Los papis de Adriana estaban un poco cansados, pero tenían la
esperanza de poder llegar hasta el final. Aunque solos era muy difícil.
Fue justo en ese momento cuando conocieron a Superantonio al que le contaron la historia
de Adriana.
Superantonio era un superhéroe que tenía una bicicleta muy
chula y un poder desconocido que hacía que toda la gente de su alrededor se
ilusionara por algo.
Superantonio decidió ayudarlos y con su superpoder consiguió
que mucha gente se ilusionara para hacer lo mismo, así que todos a los que
conocía y veía en su viaje en bici querían lo mismo: Ayudar a los papis de
Adriana para que consiguieran llegar al final del camino.
Así que entre todos reunieron mucho dinero y aunaron fuerzas
para que Adriana no dejara nunca de sonreír, y sobre todo llegara justo donde
indicaba el mapa.
Ese extraño lugar donde conseguirían romper el hechizo que la
mantenía encantada y le impedía hablar o moverse.
Tras un largo recorrido y con la ayuda de Superantonio y sus
colegas los papis de Adriana consiguieron llegar al Castillo de Neocortex, el destino
donde finalizaba el mapa.
El Castillo de Neocortex era un lugar maravilloso donde vivían uno
magos y unas hadas muy poderosas.
Allí ayudaron a Adriana muchísimo, rompieron el hechizo en un
plis plas y consiguieron que Adriana sacara lo mejor de ella misma.
Con el paso del tiempo Adriana seguía siendo muy especial,
única. Vivía feliz con sus papis y su hermanito pequeño.
Sus papás casi todas las noches antes de acostarse la miraban sonreír
y recordaban el largo camino que hicieron gracias y todo POR LA SONRISA DE
ADRIANA.
Colorín Colorado…este cuento aun no ha acabado...
quedan aún tantas sonrisas mágicas
de Adriana que conseguir...¿Te animas a buscarlas?
Tu tienes tres poderes mágicos:
Tu energía,
Tu amor y amistad
y, sobre todo, Tu SONRISA
quedan aún tantas sonrisas mágicas
de Adriana que conseguir...¿Te animas a buscarlas?
Tu tienes tres poderes mágicos:
Tu energía,
Tu amor y amistad
y, sobre todo, Tu SONRISA
Autora: Rocío Moral "Rocíate de Cuentos"
Hace unos meses Rocíate de Cuentos se unía a esta causa escribiendo este pequeño cuento para contarlo en uno de los muchísimos eventos de este reto Solidario en el cual el único y exclusivo objetivo es recaudar fondos para mejorar la vida de Adriana e investigar el Síndrome de Pitt-Hopkins que padece.
Os dejo algunos enlaces para mas información:
http://porlasonrisadeadriana.webnode.es
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